jueves, 4 de abril de 2013

¡QUIERO QUE SEA LUNES! Miguel Ángel Santos Guerra


        Tras la lectura de este artículo nos damos cuenta de los muchos/as alumnos/as que fracasan en la escuela y no sabemos el motivo. Siempre se ha culpado de que son los/as alumnos/as quiénes no quieren aprender, por su incorrecto  comportamiento y  malas notas. Pero ante esto, debemos de preguntarnos ¿de dónde proviene el problema realmente?,  ¿del alumnado, el docente, la familia o el centro educativo?


 Por ello es necesario indagar en lo que realmente le sucede al alumno/a, para que no se pierdan las ganas de aprender y de superarse a sí mismo/a; y objetivo principal, quieran ir a la escuela. Un buen ejemplo es la madre que nos cuenta su experiencia en este artículo.  

Esta madre nos muestra la preocupación que tiene hacia su hijo por su bajo  rendimiento escolar, ella confía en su hijo y sabe que él quiere aprender pero hay algo que no le deja seguir hacia adelante, por tanto que no le motiva. La madre hace todo lo que está en sus manos para ayudar a su hijo pero no ve respuesta por parte del docente por lo que decide cambiar de colegio a su hijo.
        Después de esta desesperación la madre encontró la solución, y el problema no era su hijo sino el entorno. Y cuando se vio resuelto este problema el alumno recuperó sus ganas de aprender, su motivación y deseaba que llegara el lunes para volver al colegio.

Carta de una alumno a un profesor

       Con esto quiero hacer hincapié en la importancia que tienen los/as docentes en la educación de un/a alumno/a. Por tanto el motivo del problema no es ni del centro ni del alumno sino del/a profesor/a, de sus ganas, de su esfuerzo por ver como sus alumnos/as crecen y aprenden. El docente debe estar preparado para encontrase con todo tipo de alumnos/as y no puede pensar que esta allí simplemente para dar una lección que se encuentra escrita en un libro.


Tampoco puede perder la esperanza (como explica la madre del artículo) porque su alumno tenga un mal rendimiento, todo lo contrario debe buscar la manera de hacer que ese alumno vuelva  a las clases, motivarle y hacer que el autoestima de ese alumno aumente y se sienta más seguro de sí mismo.   



       En conclusión el aprendizaje en un/a alumno/a no es cosa de ellos/as sino de un conjunto;  por un lado de estos estudiantes que tengan ganas de aprender y explotar todas su potencialidades, por otro lado que los docentes sean competentes, y que elijan este trabajo por vocación, para que se involucren con los niños/as, también la competencia del centro y por último de la participación de la familia en el proceso educativo de sus hijos/as.
Una de las frases que más me ha gustado del artículo y he de resaltar  ha sido: Que tu escuela sea mejor porque tú estás trabajando en ella”. 


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